
Desde San Isidro (Buenos Aires) - Para entender lo que pasó esta tarde en el Hipódromo de San Isidro hay que hacer un poco de historia. En 2008, Autoclásica le entregó el premio máximo ("Best of Show") a un Berliet 1914 y desató la ira de la familia Pérez Companc. Ese año, los millonarios coleccionistas de autos de Escobar habían realizado en San Isidro el mayor despliegue de sus valiosos vehículos y esperaban recibir el galardón máximo con su Ferrari 330 TRI/LM (leer historia). Sin embargo, el jurado decidió premiar al lujoso auto francés, que perteneciera a Dalmiro Varela Castex (primer presidente del Automóvil Club Argentino).
Los memoriosos recuerdan que, en una negociación de último momento, se llegó a analizar la posibilidad de entregar dos premios "Best of Show" en Autoclásica 2008 (uno para el Berliet y otro para la Ferrari). Sin embargo, la idea fue descartada por las autoridades del Club de Automóviles Clásicos, por considerarla "forzada" y "poco seria".
El desaire del jurado a la Ferrari de Gregorio Pérez Companc marcó el inicio de un paréntesis de casi ocho años sin la presencia en el Hipódromo de los autos del coleccionista más importante de la Argentina. Fue un enojo legendario, que demandó muchos años de conversaciones y cónclaves para "limar asperezas", hasta lograr que los valiosísimos autos de Escobar volvieran a San Isidro.
Gregorio Pérez Companc falleció en junio de 2024 y sus autos ganaron el premio "Best of Show" en las tres últimas ediciones de Autoclásica: 2023, 2024 y 2025, con la curiosidad de que el premio mayor de hoy fue compartido. Esta vez su rival no fue un Berliet, sino un Rolls-Royce Phantom III V12 (1937).
Así es: la edición 2025 de Autoclásica tuvo, por primera vez, dos ganadores simultáneos del premio "Best of Show", como un irónico homenaje al berrinche de Don Goyo. De esta manera, el espectacular Shelby Cobra Daytona Coupé -voto cantado del jurado, desde que fuera elegido para encabezar la inauguración de esta muestra, el jueves pasado- compartió la rampa de premiación con el Rolls-Royce restaurado por la familia Spadafora, propietaria del Museo del Automóvil de Buenos Aires.
En honor a la verdad, los dos autos son espectaculares y pocos minutos antes cada uno había ganado el premio mayor de su propia categoría (ver ganadores por clase). Sin embargo, se notó desde el primer momento la incomodidad del tradicional locutor Martin Wullich, intentando justificar este hecho inédito conocido como "los dos a la final". Esta vez, nadie del Club de Clásicos se animó a catalogar a la idea como "forzada" o "poco seria".
Fue una celebración extraña, donde se saltaron verdaderas "reglas de oro" para un evento reconocido por la FIVA (Fédération Internationale des Véhicules Anciens). Justamente, el Premio FIVA -entregado siempre al vehículo mejor conservado en estado original- fue para un auto que no pudo arrancar y a último momento no estuvo en condiciones de subir a la rampa. Desde su nacimiento en 1998, en Autoclásica siempre se sostuvo que -por reglas FIVA- no se podía premiar a los autos que no estuvieran en condiciones de circular por sus propios medios sobre la rampa. Fue otra excepción a las reglas del evento, que nadie se animó a tildar como "forzada" o "poco seria".
En el medio, fue inevitable notar el "shadow-ban" que recibió otro de los autos más espectaculares de esta edición: la Ferrari 250 MM exhibida por la familia Sucari. Era otra de las candidatas al "Best of Show", pero no recibió ningún galardón o reconocimiento por parte del jurado (ni siquiera en su propia categoría, ver fotos).
Todas las imágenes de la inédita e insólita "doble premiación" de Autoclásica 2025 se pueden ver acá abajo. El video con la justificación del locutor Martin Wullich se publica más abajo.
C.C.
Galería: Autoclásica 2025 - "Bests of Show"








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